martes, 16 de febrero de 2010

de Madrid al cielo .



No solo los domingos son astrománticos. También lo pueden ser fines de semana enteros. Días por los que matarías monstruos. Días por los que te jugarías la piel y el alma. Mi lugar favorito en el mundo y ella. Una pequeña razón. La sonrisa. Mis ganas.Riendo, corriendo por esas calles. Las que nos vieron nacer. No hace falta hablar, solo sonreír con los ojos. Dame la mano, que nos vamos de Madrid al cielo. Sin paracaídas. Sin tapujos. Sin miedo. Dame la mano y perdamos el mundo de vista.

lunes, 8 de febrero de 2010

oír tu voz . . .


Cuando espero tu llamada todos los teléfonos parecen mudos. Los vecinos del quinto dejan de chillar para que pueda oír el ruido que hace el móvil cuando no suena. Y las paredes se vuelven huecas para que el barullo que marea mi cabeza sea mas audible. Cuando espero tu llamada las horas se dilatan y se vuelven de chicle, los minutos duran tantos segundos que no soy capaz de contarlos, y los segundos duran tantos minutos que no me aclaro. Y las letras de los libros se mueven, tiemblan las corcheas de las partituras y no puedo concentrarme en el punto que me dibujé en la pared para estas ocasiones. Todo es inútil cuando espero oír tu voz. Tal vez tú no te das cuenta, pero yo sí. No puedo hacer otra cosa que pensar en ti. Y cuando por fin suena, mi lengua de trapo me juega una mala pasada y no puedo mas que decir estupideces o quedarme sin palabras. Se me enredan hasta las vocales, joder. Y luego me paso horas pensando en lo que te podría haber dicho y en cuando me vas a volver a llamar. No me pasa por la cabeza que puede que tu no me llames mas. Aún no.

jueves, 4 de febrero de 2010

conquistando la Antártida.


Pretendíamos conquistar la Antártida sin mas gasolina que nuestros besos. Sin mas víveres que nuestras ganas. Sin mas agua que nuestra saliva. Pobres inconscientes. No sabíamos que para conquistar hace falta mas que uno y uno. Que para dominar el mundo hay que ser dos.

martes, 2 de febrero de 2010

el principio del fin .



A veces no puedo contener mi angustia.
Exploto. Me lleno tanto que de repente me desbordo y salpico la habitación de mierda. No puedo evitarlo. Necesito liberarme de todo lo que me apreta el corazón, de todo lo que me hace sufrir. Y me siento como un coñazo de tía, como si solo sirviese para comerme el coco. Sé que mi energía negativa no sirve de nada, y que la mayoría de los que me quieren, lo hacen precisamente por ese buen humor que me caracteriza. Pero algunas veces no puedo mas. Me pesa tanto que me caigo al suelo rompiéndome huesos y mente. Me pesa tanto que ya no aguanto.

[ No puedo mas, he llegado al borde, ahora solo me queda volver a empezar ]