lunes, 7 de septiembre de 2009

bailarinas .

Ellas jugaban con el equilibrio, sometían sus cuerpos a la mas estricta dictadura. Sabían recomponerse justo antes de romperse, convertían la delgadez en deporte nacional. Y nunca dejaban de comportarse cual bailarinas sin zapatos, cautelosas, siguiendo un ritmo invisible. Hasta los huesos, hasta caerse enteras, hasta no poder mas. Jugando con el joker y la muerte día a día. Porque ya no les daba miedo, habían estado tan cerca que ya no les daba miedo. Ellas, niñas sin muñecas, dulces espectros de lo que habían sido. Sombras, pedazos. Y por supuesto todas se acordaban de cómo habían empezado, de lo facil que había sido. Y de ese equilibrio que cada vez era mas imposible, de esas manos cada vez mas pequeñas. Justo ahora y solo ahora empezaban a comprender que el juego era para siempre, que no se podía volver atrás. . .

7 comentarios:

  1. La autodestrucción tiene distintos colores, querida....

    Besicos

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  2. A veces la vida convierte a mucha gente en una especie de bailarina, que cada vez va a más y no puede evitar seguir bailando.

    Una vez que encuentras el equilibrio es muy díficil volver a perderlo aunque quieras y lo desees con todas tus ganas.

    Cambiar de oficio cuando te acostumbras es casi una quimera.

    Un saludo.

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  3. Me ha sorprendido esta visión de las bailarinas. Ahora veré las pinturas de Degas desde otro punto de vista, muy alejado de la docilidad y tranquilidad de sus bailarinas. un saludo!

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  4. Baile de autómatas. Baile hermoso. Baile carcelero. Baile fastuoso...
    Todos nosotros, también, inmersos en un baile similar...

    Besos MARIONA

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